sábado, 7 de abril de 2012

Úlceras por presión

Consejos para pacientes y cuidadores. (Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas)

¿Qué son?
La úlcera por presión (también llamada llaga, escara o decúbito) es una herida por aplastamiento entre la piel y el interior del organismo (hueso, cartílago, tejidos más duros) que se produce en las zonas dónde apoyan los pacientes que están inmóviles (sentados o encamados). Se produce principalmente por la presión, que a veces se agrava por el roce y/o el deslizamiento del paciente.
Empiezan con un enrojecimiento (sin herida) que si no es detectado y tratado a tiempo, pueden evolucionar hacia heridas muy profundas que pueden complicar el estado de salud del paciente e incluso, producirle la muerte.

¿Dónde se localizan?
Pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo sometido a presión, fricción o deslizamiento y dependen de la posición de la persona.

¿Quiénes pueden padecerlas?
Aquellas personas que se mantienen durante un tiempo prolongado en una misma posición o pacientes con la movilidad limitada, especialmente en personas ancianas, encamadas y pacientes sentados durante períodos prolongados de tiempo o en sillas de ruedas.

¿Cómo prevenirlas?
En la mayoría de casos se pueden evitar las úlceras por presión, siguiendo una serie de medidas básicas que incluyen: el cuidado de la piel, cambios posturales, uso de superficies especiales y control de la alimentación.

Cuidado de la piel
  • Examine la piel cada día, buscando en las zonas de riesgo (ver dibujo zonas de riesgo), áreas enrojecidas, rozaduras o ampollas. Si se detectasen, póngase en contacto con su enfermer@.
  • La piel debe permanecer limpia y seca en todo momento. Se debe lavar utilizando agua tibia y jabón neutro, aclarando, secando sin frotar y evitando la humedad, sobre todo en las zonas de pliegue.
  • Utilizar, después del aseo, soluciones a base de Ácidos Grasos Hiperoxigenados, aplicándolo 2 ó 3 veces al día, sobre las zonas de riesgo o en la rojez, extendiendo el producto con las yemas de los dedos.
  • No hacer masajes sobre las prominencias óseas, ni utilice colonias, ni alcohol ni talco.
  • Si hay incontinencia, se extremarán las medidas higiénicas pudiendo utilizar en estos casos una loción limpiadora antimicrobiana no irritante, en cada cambio de pañal, aplicando sobre la zona a limpiar o sobre un paño, retirando los restos de orina o heces. Seguidamente utilizaremos, para proteger la piel de las zonas expuestas a incontinencia, la loción en función de de la irritación de la piel.
  • Mantener la cama seca y sin arrugas. Utilizar, preferiblemente, sábanas de tejidos naturales y suaves, como algodón, lino o hilo.
Cambios posturales
Es fundamental que se hagan rotaciones de los puntos de apoyo de la persona que permanece en cama o sentada, de forma periódica o programada y de acuerdo a sus necesidades individuales.
Si la persona está encamada:
  • Como norma, cambiar la posición cada 2-3 horas.
  • Utilizar almohadas y cuñas de espuma por debajo de sus piernas para mantenerle los talones levantados. Colocar también un cojín entre las dos piernas. No utilizar cojines en forma de flotador.
  • Mantener el cabezal de la cama lo más plano posible. Para comer, levantar la cama y volverla a bajar al cabo de una hora. No levantar el cabezal de la cama más de 30º de la posición horizontal.
  • Evitar el roce con las sábanas al estirarlo hacia arriba.
  • No apoyar directamente sobre la cadera cuando esté de lado. Procurar una lateralización parcial a 30º.
Si la persona está sentada:
  • Descargar el peso de las nalgas cada 15-30 minutos moviéndose de un lado a otro y el cambio de posición debe ser cada hora.
  • Mantener la espalda lo más recta y derecha posible.
  • Colocar cojines en sus zonas de apoyo. Evitar los cojines en forma de flotador.
Movilización
En personas capaces deberemos aprovechar su capacidad de movimiento, facilitando y fomentando su actividad física en la medida de sus posibilidades. En personas sin movilidad, debemos realizar movilizaciones pasivas de las articulaciones aprovechando los cambios posturales, al menos 3-4 veces al día y sin provocar dolor.

Aligerar la presión: Uso de superficies especiales.
Hay muchos tipos de camas, colchones especiales y cojines para sentarse que ayudan a disminuir la presión sobre la piel. Consulte a su enfermer@ o médico. 
Si está usando alguno, vigilar que la superficie esté bien colocada.
Si no se dispone de una superficie especial, al hacer los cambios posturales, asegurarse que hay un espacio libre entre la cama y la zona de riesgo. Una manera de saberlo es pasando la mano por debajo de estas zonas. Es importante aclarar que el uso  de estas superficies no sustituye los cambios posturales.

Alimentación
La alimentación debe ser rica y variada. Debemos aportar diariamente alimentos ricos en proteínas (carne, pescado, huevos, leche...) y vitaminas (frutas y verduras naturales), así como beber diariamente al menos, 1,5-2 litros de agua, zumos o infusiones. Si no puede seguir una dieta adecuada, existe la posibilidad de recurrir a los suplementos nutricionales que le indicará su enfermer@ o médico.

¿Qué hacer si aparecen?
Si a pesar de las medidas de prevención antes mencionadas apareciera una úlcera por presión, deberá informar al enfermer@ o médico que le visita.

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