miércoles, 18 de julio de 2012

EXPOSICIÓN: "De latón de latonera"


La sala de exposiciones de la Casa de las Culturas de Bembibre, acoge la exposición De latón de latonera del artista leonés Paco Arias.
La exposición está centrada en el retrato femenino y el paisaje natural. Las obras están realizadas con materiales reciclados como hierro, latas, tapones, pizarras y cristales, y estará abierta del 9 de Julio al 3 de Agosto, de lunes a sábado en horario de 10 a 13.30 h. y de 17 a 19.30 h.

Paco Arias nace en León en 1965, realiza estudios de topografía en la Universidad de Madrid, actividad que abandonará definitivamente en la década de los años ochenta del siglo pasado. En este momento eufórico y clave para el desarrollo de la cultura española en sus diferentes ámbitos es cuando inicia la actividad plástica. En León este efecto dinamizador y creativo se producirá pero con menor intensidad y con un leve retraso.
De formación fundamentalmente autodidacta, estudio en la Escuela de Arte de León y realiza cursos de grabado desde 1997 hasta 1999 en San Lorenzo del Escorial y en 1999 en el Instituto Leonés de Cultura.
Sus primeros pasos los da de la mano de un realismo muy descriptivo y naturalista de tipo simbólico, donde la perspectiva, la profundidad de campo, la degradación tonal y la utilización de un delicado dibujo serán los componentes esenciales, como se puede observar en su obra gráfica realizada al aguafuerte y aguatinta, titulada “Unicornio”, correspondiente a la década de los noventa. Esta pieza plantea un nuevo camino que es, la secuencia de tipo narrativo, aunque no lo desarrollará en lo sucesivo, sí bien es cierto que tanto la literatura como la poesía inundarán y serán puntos de referencia substanciales de su obra posterior, junto con la música. 
La ruptura con este modelo inicial de elaboración, le llevará de una forma inmediata hacia una nueva concepción de percepciones y formalizaciones. Un nuevo territorio plástico, en el cual será protagonista primigenia la realidad, pero planteada como una alteración de la misma, que se ve sometida a una simplificación y esquematización formal que consigue transformar el dibujo y la línea en los protagonistas del plano pictórico, llegando en algunas ocasiones a una plasmación casi abstracta en sus obras. Estos dos elementos se verán complementados por la aportación de un cromatismo muy intenso, pleno de ricos y sutiles matices, utilizado con gran lucidez. Los paisajes naturales, las ciudades, los jardines, las bestias fantásticas, los animales, la mitología, la religión, la figura humana o el retrato femenino se convertirán en una fuente inagotable y al mismo tiempo fundamental de su quehacer creativo. Se podría decir que sus propuestas se sitúan de lleno en ese espacio de tensión entre la realidad sugerida y la abstracción lírica, esos territorios explorados magistralmente por los grandes maestros Vassily Kandinsky y Paul Klee. Paco se mantiene firme y fiel en esa encrucijada de caminos, priorizando la representación formal de la realidad por medio de la transformación de la misma al generar imágenes sugerentes, de gran riqueza simbólica y con una enorme carga poética. Poco a poco el collage se convertirá en un principio estructural de su cocina pictórica, alcanzando la textura matérica una nueva dimensión, al incorporase en sus composiciones con mayor intensidad y protagonismo.
En la muestra organizada por el Instituto de Estudios Bercianos, organismo que viene realizando un magnífico y encomiable trabajo en la difusión y potenciación de los creadores tanto de origen berciano como residentes en el Bierzo, se observa un cierto salto o cambio cualitativo en su trayectoria. El retrato femenino se convierte en el eje de la misma, sin dejar de hacer hincapié en el paisaje natural centrado en este caso en el estudio del árbol, tema que desarrolla en la serie “paisagem”. En el caso del retrato, nos propone algunos más descriptivos (“Madama Pizarr con estrella” o “Madama blanca”) que nos sugieren el tratamiento esquemático y sintético de algunos retratos de Henry Matisse, y en los cuales el dibujo lineal y la mancha plana de color son los protagonistas esenciales; y otros en los que prima lo matérico, la textura, la expresión gestual, hasta casi desdibujarse la figura llegando a una cierta expresión informalista, y que nos evocan en cierto sentido algunos retratos de Manolo Valdés (“Dama con tocado blanco” de 1992 o “Retrato con marco” de 1993).
En estas últimas propuestas la materia se apropia de la esencia formal y compositiva. El objeto cotidiano convertido en material reciclado, es el elemento clave que facilita la configuración plástica de la obra, dotándola de un cierto sentido Pop. El pliegue, el doblez y la soldadura servirán para que el hierro alcance la definición formal de la línea descriptiva, mientras que las chapas, vidrios y papeles facilitan la definición de las manchas planas de color matizadas, definiendo un amplio y complejo mundo de texturas, que aportan una gran significación a la materialidad.


Sin duda una muestra de gran interés que confirma la evolución plástica en el trabajo de Paco Arias, gracias a su tenacidad y constancia.

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