jueves, 5 de mayo de 2011

Exposición de pintura “La mitad de mí” de Claudia García²

Claudia García² (Paris, 1978), se licenció en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid (2001) y completó su formación en el estudio de Dña. Maribel Fraguas. Disfrutó de una beca Erasmus en Bolonia (Italia), y fue premiada en diversos certámenes nacionales de pintura rápida, además de participar en numerosas exposiciones colectivas e individuales.

En la actualidad, armoniza su trabajo en su Estudio de Pintura con la docencia de plástica y dibujo.

Pablo Caurel Abad, pintor y artista del numeroso elenco que ha gestado la villa de Cacabelos, expresa en el siguiente texto el contenido de la obra de Claudia.

Siempre venía al pueblo en verano. Le gustaba ir al río todos los días, incansable nadadora. Allí dibujábamos para entretenernos, tampoco mucho. Pronto me llamó la atención su manera de mirar. Para mí resultaba sorprendente el hecho de que Claudia pudiese visualizar composiciones o bocetos mentales de ciertos lugares que para mi eran demasiado comunes y que precisamente por eso los encontraba gastados. Ella aportaba la mirada novedosa y fresca de quien llega a un lugar para disfrutarlo, sin contaminarse excesivamente de él o llenarlo con sus preocupaciones. "Elegid cualquier lugar común. Lavadlo, frotadlo, sacadle brillo y estaréis haciendo pintura", decía Delacroix. A la sombra de los llorones del parque, los chopos del río o la parra que hay en la bodega del Niño maduraba su juventud. La luz robusta de Julio provocaba arrebol en sus mejillas, aunque, hay que decirlo, Claudia siempre ha preferido pintar a la sombra, evitando el contacto directo con el sol. No es una pintora de estudio, en el sentido estricto. Prefiere trabajar a partir de una impresión inicial, seleccionando la realidad, buscando un efecto de conjunto. La temática es importante pero no demasiado, porque ella sabe bien que lo que cuenta de veras es que cualquier motivo esté bien pintado.

Muchos de los cuadros de esta exposición están pintados del natural o partiendo de bocetos previos y clarificadores. Son cuadros concebidos como un todo; el fondo y las figuras forman una unidad. Las manchas son complejas y sugerentes teniendo además una rica variedad de texturas. A partir de ellas, la imaginación -que gusta de la vaguedad- se expande sin dificultad y abarca amplios territorios partiendo de indicaciones someras. Todo lo representado en estos cuadros posee el encanto de la atmósfera que rodea a los objetos o figuras y que de alguna manera los hace participar de una especie de armonía general sin abusar nunca de los detalles. En este punto comparto con ella la idea pictórica de que los cuadros no deben ser demasiado acabados. “El gran arte es el efecto; no importa cómo se produzca”.


Fuente: Museo Arqueológico de Cacabelos (MARCA)

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