viernes, 4 de febrero de 2011

Participación de los padres en los deberes de los niños

El exceso de ayuda puede falsear el verdadero rendimiento académico diario del estudiante, que, sin embargo, se verá reflejado después en los resultados de los exámenes, cuando los padres no están disponibles para atender sus dificultades. ¿De qué modo deben colaborar entonces los padres con los deberes? Los especialistas sugieren que el papel de los progenitores debe ser de monitorización de las tareas, es decir, deben ser responsables de proporcionar a sus hijos las condiciones adecuadas para que realicen las actividades escolares del modo más efectivo posible y prestarles apoyo para que ellos mismos sean capaces de dirigir su autoaprendizaje. Estos son algunos de los aspectos que apuntan como esenciales para que la ayuda familiar sea eficiente:

Motivarles: los padres deben prestar atención a los deberes que tienen que hacer cada día y alentar a los hijos para que los realicen, pero no obligarles a hacerlos con castigos u otras sanciones, para que ellos puedan verificar por sí mismos las consecuencias que reporta el no cumplimiento.
Proporcionarles el ambiente adecuado: un lugar de estudio alejado de distracciones externas es fundamental para que las tareas se realicen con eficacia, los progenitores deben evitar que otros miembros de la familia interrumpan al estudiante y alejar los elementos que pueden interferir en el estudio.
Ayudarles a programar su tiempo: con los más pequeños, los padres deben marcar los tiempos y horarios de estudio para que más adelante, a medida que avanzan en la escolaridad, el alumno sea capaz de organizar su agenda de deberes y tareas de forma independiente.
Resolver las dudas: cuando el estudiante encuentra una dificultad para realizar las tareas, los padres pueden colaborar en su resolución con ayuda para descifrar las instrucciones u orientación sobre los recursos a los que puede acudir para solventarla.
Mantener el contacto con los maestros: es esencial que los padres consulten con los docentes las dudas y dificultades que se les presentan a sus hijos durante las tareas escolares para que este profesional les oriente sobre el camino más adecuado para ayudarles o si es necesario que se le ofrezca al estudiante un apoyo extra en casa.
Supervisar, pero no corregir: una vez finalizados los deberes, los progenitores pueden supervisar que el estudiante ha cumplido con todo el trabajo que se le había asignado, pero no deben corregirlo, ésta es una tarea del docente.

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Fuente: http://www.consumer.es/

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