
Turmalina de Ponferrada, Goethita de Villar de las Traviesas, Malaquita de San Fiz do Seo, Mica de Congosto, ‘Pantojitos’ de Toledo, Calcita de La Robla, Vanaditina de Marruecos, Crisocola de Chile, Blenda de Santander, Barita de Oklahoma (USA), Odontopteris de Santa Marina de Torre, Sigillarias de Tremor de Arriba y así hasta 600 piezas expuestas que explican la historia geológica de El Bierzo, el Carbonífero en la comarca y las características de minerales, rocas y cristales. Pero las entrañas del museo guardan una colección aún mayor, más de 4.000 ejemplares no expuestos –en su mayoría procedentes de la cesión de la colección privada del presidente de la asociación, Juan Manuel Rincón- que están pendientes de su reclasificación. Así, una de las iniciativas que en el futuro llevarán a cabo será la informatización de los fondos con la creación de una base de datos con las características, yacimiento, color y formulación química de cada una de las muestras.
Un tesoro que despierta la “mirada geológica” de los visitantes y que supone la realidad de un sueño que durante años marcó la actividad de Aragonito Azul que, desde su creación en el 2006, estuvo preocupada no sólo por la divulgación sino también por la recuperación del patrimonio geológico y la adquisición y búsqueda de nuevos minerales y fósiles para enriquecer el valor del museo.
Aragonito Azul ha sido seleccionada para representar a León el próximo 8 de mayo en el Geolodía, una jornada para acercar a la sociedad la profesión y la geología en general, así como la importancia de proteger el patrimonio geológico.
Una de las labores más importantes que realiza Aragonito Azul es la divulgación de la geología entre los niños para que esta ciencia entre en la vida cotidiana de los más pequeños como un juego. Con este objetivo, explicó el presidente de la asociación, Juan Manuel Rincón, llevarán a los centros de educación primaria en marzo y abril el programa ‘Toca, toca’, dirigido a niños de tres a cinco años.“Les entregamos una pequeña colección de minerales, que son seleccionados por ser adecuados para los niños en cuanto a su manipulación, por el peso y por su composición”, indicó Rincón. En esta línea, organizan un curso de iniciación en el coleccionismo de minerales con carácter “permanente” para ir sumando miembros a su grupo de investigación en su idea de museo vivo. El laboratorio dela Casa de las Culturas se convierte así en un taller permanente en el que aprender a realizar análisis y la preparación de las muestras. Así, se está trabajando en la ampliación de la exposición con nuevas vitrinas sobre paleontología fósil.
Fuente e imagen: La Crónica de León
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